Augusta Foss de Heindel

miércoles, 8 de febrero de 2012

LOS DIAS PRIMITIVOS DEL CRISTIANISMO





LOS DIAS PRIMITIVOS DEL CRISTIANISMO

Por Augusta Foss de Heindel


Conclusión

Las clases elevadas estaban faltas de fe y aquellos de importancia no se sentían
interesados. Muy pocos de este grupo estaban listos para abrazar un culto que, a
los
ojos de su clase, podía ser clasificada de exéntrica. De hecho, los Cristianos 
eran
despreciados y perseguidos.

Después del incendio de Roma, el Emperador Nerón comprendió que podría ser 
culpado
de ésta conflagración y de que tenía que buscar a alguien sobre quien recayera 
la
culpa. Para calmar el disgusto de su pueblo, fueron demandados sacrificios; 
alguien
tenía que pagar este crimen. Un sentimiento de celos, muy hondo se suscitaba en
contra de la nueva religión, celos que iban aumentando a medida que a muchos les
resultaba odiosa porque se atrevía a negar la Ley Judaica.
San Pablo, durante los primeros diez años del reinado de Nerón, por medio de su
asociación Hebraica, le fué posible prestar auxilio a los Cristianos, ayudando a
los
miembros de esta religión, en toda ocasión que le fué posible. Dirigiéndose
directamente al César, San Pablo encontró alguna seguridad para los Cristianos
Romanos.

Sin embargo, a pesar de su influencia con el César, San Pablo fué puesto en 
prisión
por el Emperador Nerón, durante dos años. Durante este cautiverio, escribió las
Epístolas que ahora son parte principal del Nuevo Testamento. Aunque San Pablo 
no
conoció al Señor durante sus tres años de Ministerio, se puso en contacto con El
cuando caminaba hacia Damasco y desde  entonces se convirtió en al Apóstol más
entusiasta. Sufrió mucho por sus nobles esfuerzos de diseminar las enseñanzas
Cristianos entre los paganos Romanos.
San Pedro, que permaneció en Roma y fué Obispo de una de las iglesias allí, fué 
un
compañero íntimo de San Pablo.

A través de toda la historia el hombre ha estado siempre inclinado a crucificar 
o
matar a sus líderes espirituales, aquellos que han dedicado sus vidas al 
servicio de
la humanidad.

Encontramos que San Pablo, después de sus dos años de prisión, fué decapitado. 
San Pedro, también pago el precio y fue crucificado en el mismo año 67, al estar
listo para ser clavado en la cruz, de cabeza. Dijo que si el Señor había sido
crucificado con la cabeza hacia arriba, él debía ser humilde y leal y ser
crucificado con la cabeza en dirección opuesta.
Durante este primitivo período pagano, los Cristianos sufrieron muchas 
indignidades
y persecuciones. Tres de los doce fueron crucificados y tres decapitados, pero 
las
enseñanzas se estaban difundiendo a pesar de los esfuerzos de los Romanos para
aplastar a cualquiera que se atreviera a admitir que creían en este culto 
fanático.

Con sus naturalezas crueles paganas, los Romanos de este período usaron muchos
medios para expresar sus odios a los Cristianos. Para cubrir su crímen del
premeditado incendio, Nerón usó todos los medios para despertar todavía mayores
sentimientos hacia los silenciosos y sufridos Cristianos. Los envolvía en pieles de
animales forzándolos dentro del gran anfiteatro donde caían presa de grandes 
manadas
de perros hambrientos.

Otra de las crueldades practicadas por este loco y brutal Emperador, era invitar
a
sus amigos a los jardines de sus palacios y los divertía con antorchas 
vivientes.

Cubría a los Cristianos con resina sulfurosa y los convertía en antorchas 
vivientes.

A pesar de la crueldad más amarga y descorazonada en contra de ellos, 
permanecieron
quietos, compasivos y perdonando. Esta gente aprendió las lecciones del 
Salvador.

Fueron una humanidad redimida. Para ellos, los más bajos esclavos eran 
considerados
como iguales. Todos eran hijos de Dios, honrados por ser simplemente hombres y
mujeres. Para ellos los trabajos más humildes eran nobles. La piedad, la 
humildad,
la negación de si mismos, la cortesía y el respeto propios, eran cosas que se
miraban como cualidades esenciales para todos aquellos que seguían al Cristo.

Estos Cristianos primitivos no siempre estaban acordes. Las divisiones eran 
comunes
entre ellos, pues la humanidad de entonces, como la de hoy, no siempre cumplió 
los
requerimientos de la verdadera Cristiandad y de vez en cuando, algunos 
apostataban.

Pero esta gente bondadosa siempre ajustaban sus diferencias amigablemente, ya 
que el
AMOR, era siempre superior y un espíritu Cristiano siempre prevalecía sobre 
todo.

Estos adelantados que fueron así tan vergonzosamente recibidos y por quienes fué
vencido el Paganismo, son ejemplos vivientes para nosotros, que somos seguidores
de
Cristo.

En este momento, los que nos sentimos orgullosos de aceptar estas enseñanzas
divinas, ¿QUÉ ESTAMOS HACIENDO PARA LLEVAR ADELANTE ESTA OBRA? ¿ESTAMOS 
CONFRONTANDO
NUESTRAS PRUEBAS COMO ESTOS HOMBRES Y MUJERES EXTRAORDINARIOS LO HICIERON EN 
ESOS
DIAS PRIMITIVOS?.

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